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De Méndez Trelles a Carlos Vega

Cincuenta años separan a los dos pregoneros. El camino ha durado el espacio de dos generaciones y la fiesta sigue viva gracias a la generosa actividad desarrollada por los directivos de SO.TU.FE. desde su fundación oficial en 1966. Un pregón pues con tonalidades históricas para rendir tributo, sin ser exhaustivo, a todos los que han apoyado tan largo recorrido.

Pregón de las Fiestas del Cristo de la Paz 2016

SO.TU.FE. : “50 Años de Historia”

 

 

Carlos Vega Zapico

 

“Me gustan más los sueños del futuro                                                      que la historia del pasado.”

Thomas Jefferson

 

Sr. Alcalde y concejales del Ayuntamiento de Mieres, nuestro Ayuntamiento.

Sr. Presidente y miembros de la Junta Directiva de So.Tu.Fe.

Señoras, señores, amigos y convecinos:

 

 

 

 

Pues sepan Vuestras Mercedes, que en este año cervantino, hube de coger la pluma para narrar algunas de  las venturas y desventuras habidas a lo largo de los 50 años de vida de esta Sociedad de Festejos que este año celebramos. Y así, a la mejor manera y voluntad de mi saber y entender digo y pregono:

Que fue a mediados del mes del pasado febrero cuando miembros de So.Tu.Fe., recién asumida la nueva Junta Directiva, me entregaron una carta en la que, entre otras cosas, me invitaban a ser el pregonero de nuestras fiestas patronales. No hubo pasado mucho tiempo y tras las pertinentes consultas familiares, por el mismo conducto, les agradecí el detalle  hacia mi persona y decliné la invitación debido a mis problemas con la voz, que ahora debéis padecer durante algunos minutos. Nada, poco poder de disuasión debo tener, puesto que no hubo manera de poder declinar la invitación pese a permitirme el atrevimiento de sugerir algunos nombres. Así, que aquí me veo en un salón que ciertamente me resulta muy familiar y que forma parte de este edificio del que en un tiempo, no muy lejano, los turoneses mostrábamos nuestro orgullo y ahora observamos, no sin cierta tristeza cada día, como el abandono se ha apoderado de él.

Pero, mi cometido, hoy y aquí, es otro. Desconozco el origen de nuestras tradicionales Fiestas del Cristo de la Paz. Ahí están otras localidades esparcidas por la geografía asturiana que también comparten, con nosotros celebración, tal es el caso de Candás, Conforcos, Collanzo, Pravia o La Peña, dentro de nuestro propio concejo, aunque lo que nos diferencia del resto, es el propio apellido. El nuestro es “De la Paz”, con lo que ello conlleva.

Lo cierto, es que desde bien antiguo, un grupo de personas dedicaban tiempo y esfuerzo a organizar unos actos dedicados a nuestro Cristo, situado en su ermita del caserío de La Crucina. Cuenta la tradición, que oí contar cuando era vecino de aquella destartalada capilla frente a la jugábamos con la irresponsabilidad infantil que ello contraía, dado su estado ruinoso, que había en el lugar que ocupa la capilla del Cristo una especie de horno y dentro, una cruz “pequeñina”, de ahí el nombre de La Crucina. Contaba también, que ante la irreverencia de un calderero que se ganaba la vida vendiendo calderas de cobre y cobertores, a lomos de una mula, ésta quedó como clavada en el suelo, siendo inútil todo esfuerzo para moverla de su sitio. Decíase, que tal calderero ofreció, a instancias del Sr. Cura, como desagravio, todo el peso que transportaba la mula, convertido en plata y fue entonces cuando con el dinero de la plata, se suprimió la hornacina y en su lugar se levantó una pequeña ermita.

Hasta aquí, lo que contaban las viejas historias de nuestros mayores junto con la creencia de la existencia de una Cruz, de pequeño tamaño, que serviría para indicar una de las posas  en la conducción de los cadáveres, ya que se trataba de un cruce en el entonces camino real. No faltaban  quienes sostenían la teoría que la cruz o crucifijo depositada  en la referida hornacina fuese una especie de porta-paz y de ahí traiga su origen el hermoso título de Cristo de la Paz.

Tradición, fantasía o realidad, lo cierto es que hoy, varios siglos después de tener referencias históricas ciertas, nos encontramos en el inicio de una nueva edición de nuestras tradicionales fiestas en honor al Cristo de la Paz. A nuestro Cristo.

Con el tiempo, fueron los actos organizados por la “cofradía”, para pasar a manos de una Sociedad que vio sus estatutos aprobados un 1 de junio de 1966, aunque viniera trabajando con el nombre desde algún tiempo atrás, motivo por el que este año celebramos el medio siglo de vida de una de las sociedades más representativas de nuestro Valle. Largo fue el parto puesto que ya en 1962, Migue Ruiz escribía en el Álbum Anunciador, que por entonces editaba la “Tertulia Literaria Rafael del Riego”, unas líneas bajo el título “Primeros pasos hacia la Sociedad Turonesa de Festejos”, “tal y como se la conocía allende el treinta y seis”.  Del nacimiento de aquella Sociedad “por la que tanto hemos venido clamando con insistencia titánica” según se escribía en la época. Ello suponía el fin de aquellas Comisiones anuales, “capaces  y meritorias  todas cien por cien,  pero impotentes, porque el escaso tiempo y los presupuestos cada año más reducidos les impedía confeccionar programas más variados y originales”, se decía por aquellos días. Ni que decir tiene que el principal valedor de nuestros festejos era la empresa Hulleras del Turón, dueña y señora de todo cuanto se hacía por estos lares.

En el mes de abril de aquel mismo año 66, la Junta Directiva de la nueva Sociedad, convocaba, a través de los medios de comunicación de la época, las “Bases del Pregón  Literario”, que tenía por objeto “premiar el mejor Pregón Literario inédito, escrito en prosa, que, como acto inicial de las Fiestas habrá de ser leído el 11 de septiembre de 1966”. Tal galardón recayó en la persona del turonés José Manuel Méndez Trelles que, además de leer aquel año el pregón se llevó las cinco mil pesetas con que contaba el citado premio, que en ningún caso, lógicamente, “podría declararse desierto”. Desde entonces, políticos, deportistas, escritores o famosos de la tele me han precedido en esta tarea de dar el pistoletazo de salida de nuestras fiestas, enfrentándonos a una audiencia exigente que espera de nosotros un discurso ameno y convincente.

Aquel pregón, de hace ahora 50 años, comenzaba de la siguiente manera: QUISIERA obtener el privilegio de hablar ante todo con sinceridad. Hablar con honda sinceridad, con los más puros sentimientos, sin amenazar siquiera éstos por el más completo y ambicionado juego de palabras. No deseo traicionarme a mí mismo, y por supuesto, tampoco a los demás, que en este caso tienen raigambre por ser turoneses.

Y hablar de Turón -ya estoy en su mismísimo corazón- no es mostrar simplemente un pedazo de nuestra España, es mostrarlo y exhibirlo con orgullo, con el legítimo orgullo  de saber que estamos ante un pueblo que sin poseer   ayuntamiento y con una sola y oprimida calle, posee renombre universal”.

Suscribo como propias aquellas palabras que mi vecino, de entonces, Che Trelles escribía hace cinco décadas, como las de muchos de quienes me precedieron en esta tarea y a quienes me niego a nombrar por ser plenamente consciente de que algún nombre se me quedaría en el olvido, con la injusticia que eso supondría. Porque, Turón, debería ser  mucho más que unas ruinas mineras. El Valle, es todo un símbolo de la lucha por la injusticia, que ha merecido la admiración de muchos y el reconocimiento de todos y éste sigue siendo el Turón de siempre, el de los temas que se dilatan, el de los temas que llenan conversaciones en las barras y que convierten en más escéptico al que ya lo es. Porque, el tiempo es vida y ésta supone cambio, que quienes pasamos aquí días, semanas, meses y años vemos pasar con la tristeza de la desesperanza y el olvido.

Por eso, es más de agradecer, si cabe,  a esos hombres y mujeres que a lo largo de todo un año se enfrentan a un constante trabajo callado y a lo que más duele, a las críticas de sus propios vecinos, formando parte, desde hace 50 años de esas distintas Juntas Directivas que hoy se quiere reconocerse públicamente en la persona de quienes capitanearon esa nave festiva para, llegadas estas fechas, olvidar todas las penas y hacer buenas aquellas ya famosas palabras del recordado Rafael del Riego: “Dichosos los pueblos que saben divertirse”. Luego, ya se sabe, SO.TU.FE. fue asumiendo, además de las fiestas patronales, las Fiestas de Primavera, el Carnaval, Las Fiestas de Navidad y Reyes y hasta, en su día, se atrevió con la organización de un Mercáu Tradicional Asturiano y una Jornada Gastronómica a celebrar con motivo de Santa Bárbara.

Celso, Jesús Luis, Arsenio, Eladio, Coble y Manol, ya formáis parte de la propia Historia de este Valle, esa que con demasiada frecuencia olvidamos o tergiversamos de manera que mejor nos convenga. Bien conocéis lo que son estos momentos de prisas, nervios y ajustes de presupuestos puesto que muchos de vosotros tuvisteis que haceros cargo de So.Tu.Fe. en momentos de verdadera crisis en los que “o se tiraba palante o les fiestes desaparecíen”.  En su día capitaneasteis unos equipos, con los que, seguramente compartáis este reconocimiento de quienes hace pocas fechas tomaron vuestra antorcha y hoy esperan, al menos, unas palabras de ánimo. Gracias a los unos y ánimos a los otros, con el íntimo deseo que esto, no sean sueños de una efímera noche de verano. Todos hemos disfrutado de nuestras fiestas a razón del ambiente  y posibilidades. Unos años nos tocaba disfrutar mientras los siguientes, trabajar en la Junta Directiva de turno que tenía que estrujar mente y cuerpo para tratar, por todos los medios, de enganchar a las gentes del Valle en el carrusel festivo.

Y si la misión del pregonero no es otra que “en voz alta dar difusión y hacer público y notorio todo lo que se quería hacer saber a la población”, deciros que nuestra reina y damas Laura, Flory y Gabi son hoy sucesoras de aquella joven Merche Toraño, a la que todos conocíamos por “Merche la de la Imprenta” y que escoltada por Elvi Tobías y Carmen María Zurrón hace ahora 50 años, supongo, pasaban por los mismos apuros y nervios que hoy  habréis tenido que pasar vosotras. Todas representáis, sin duda la difícil labor de la mujer en esta tierra, antes minera y ahora sin un rumbo propio y definido que esperamos algún día pueda definirse de manera clara, al menos para que nuestras tradiciones festivas puedan tener continuidad. Mi felicitación a ambas que hago extensiva a cuantas os precedieron representando la belleza y sobre todo, los valores de la mujer turonesa.

En el camino han quedado muchos “nombres” y sobre todo hombres y mujeres que a lo largo de nuestra Historia, dedicaron muchas horas a planificar, organizar y sobre todo “currar” para que a mediados del mes de septiembre, año tras año, Turón celebrase, por todo lo alto, sus “Fiestas del Cristo de la Paz”, motivo por el que me tomo el atrevimiento de pediros un sincero y fuerte aplauso para todos ellos, convencido que sabrán entenderlo allá donde se encuentren.

Se, que cada uno de vosotros tiene unas personales vivencias de estos días, vividos en sus distintas épocas de vida y que llagados a este punto, aun sin pretenderlo, afloran en la conversación surgida al encontrarnos con alguno de los muchos turoneses, que por distintas circunstancias, tuvieron que abandonar el Valle: ¿ te acuerdas de los gigantes y cabezudos, del ferial en Los Cuarteles con la noria y “les lanches”, de aquellos vales de cartón que Tomillo sacaba sigilosamente del bolso de su chaqueta y que nos llevaba a toda prisa a los coches de choque, de les carroces… y cientos de imágenes a los que me atrevería a sumar olores y sabores tan típicos de estos días de fiesta. Por eso y antes de dar por finalizada mi intervención, permitidme todos vosotros que a los miembros de la Junta Directiva de Sotufe, desde la confianza y  el cariño, les lance un nuevo reto: Es cierto que los tiempos han cambiado y que la economía del euro es la que manda. Que cada año resulta más difícil cuadrar los ingresos  -cada vez más menguados-, con los gastos  -cada vez más elevados-  pero, alguien tiene que intentar, por todos los medios,  -y ahí va mi reto/sugerencia- tratar que todos aquellos turoneses que viven fuera de nuestro Valle, vuelvan a casa por un día. Y que mejor fechas de encuentro, que nuestras Fiestas del Cristo. No es fácil y lo digo con la amarga experiencia de haberlo intentado, pero sabéis que tampoco me conformo con tirar la piedra y esconder la mano por lo que espero que entre todos, al menos, se intente. El llamamiento queda hecho desde este momento en que da comienzo una nueva edición de nuestras fiestas locales.

Atrás, en nuestro recuerdo, queda aquel año 1966 en el que nacía la Sociedad Turonesa de Festejos, en el que el diario la Nueva España otorgaba a nuestro Coro Minero de Turón la distinción de “Asturiano del Año”, en el que la Peña Deportiva Cultural Florín construía una bolera en La Veguina, en el que aquel equipo de fútbol de La Salle nos hacía vibrar a todos, en el que Turón recibió la visita del entonces embajador de EE.UU., aquel que vimos bañarse en palomares con Fraga  o en el que un grupo de “chavalucos” fundaban el Club Cisne… . En la tristeza, hubo de padecer el Valle la fatal pérdida de cinco mineros. Pero eso, forma parte de la historia local. Ahora, larga vida a esta Sociedad encargada de nuestras fiestas y a la que todos debemos apoyar, sin miramientos personalistas, para que esto sea una auténtica realidad de futuro.

Y a vosotros, sufridos espectadores  que habéis tenido la paciencia de escucharme, aun cuando en vuestro interior lleváis un personal pregonero, sed benevolentes con mi persona, gracias por vuestra paciencia y servir de difusión a la principal noticia producida en nuestro Valle en el día de hoy. ¡Han dado comienzo las Fiestas del Cristo de la Paz! y todos, socios y no socios, pequeños y mayores, hombres y mujeres debemos aportar nuestro granito de arena para un mejor desarrollo de estos días festivos.

Che Méndez Trelles, en aquel ya citado pregón de hace 50 años concluía: “De momento, basta de preocupaciones y, ¡arriba la diversión!, que desde el primer niño al último viejo, tienen derecho a ella. Por Turón, amigos, ¡bienvenidas las fiestas! ¡A divertirse tocan!

Yo, desde este antiguo oficio de pregonero que me ha tocado asumir este año, solo os quiero desear lo mejor para estos días. Olvidar por unas horas los problemas, salir a la calle, participar en los actos programados y ¡divertiros, divertiros y divertiros!, hasta el cansancio si fuera posible. Las Fiestas del Cristo de la Paz 2016 ya han comenzado.

 

¡ Felices Fiestas a todos y que el Cristo os colme a todos de paz y  felicidad ¡ ¡Muchas Gracias!

 

 © Turón, 9 de septiembre de 2016