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De “mercáu” por Turón

De aquel espacio abierto de la Edad Media en el que se cruzaban comerciantes y campesinos, el arraigado mercado artesanal aún conserva su atractivo comercial y social. No podía pues faltar esa cita en nuestro Valle. El artículo de Carlos Vega celebra su VIII edición, reconoce el mérito de los organizadores y plantea unas preguntas que desnudan, una vez más, los seudocompromisos.

Entre Polio y Cutrifera

De “mercáu” por Turón

 

 

Hay que retroceder al año 2008. So.Tu.Fe. tenía, desde hacía tiempo, la idea de hacer un “Mercau Astur”, muy de moda en aquellos años en que no había localidad asturiana que no contara con tal actividad. Las condiciones económicas fueron, en aquel año, favorables, lo que supuso el pistoletazo de salida a estos ocho años de experiencia “mercantil” iniciada por la Junta Directiva que encabezaba, por aquel entonces, Eladio

Quizás, hoy, con el paso del tiempo, lo correcto sería decir que la VIII edición, al igual que las anteriores, constituyó todo un éxito de público y ventas. Uno quedaría enaltecido, ante la sacrificada organización, aún a costa de faltar a la verdad. Es cierto que las condiciones climatológicas no fueron del todo favorables. Si me apuras, hasta puedo echar la culpa a los partidos de fútbol que en aquel sábado y domingo se jugaban la liga y el descenso de categoría y, hasta si quieres, podemos poner como disculpa que el pueblo español se preparaba para una campaña electoral, para unos comicios en los que una gran mayoría no creía, a tenor de las encuestas aparecidas por aquellas fechas. Por encontrar disculpas que no quede.

Pero lo cierto, es que el parque turonés, lugar en el que se dio cita esta VIII edición del “Mercáu” y que presentaba un aspecto agradable a la vista, estuvo escaso de público si se salvan algunos concretos momentos del fin de semana, sin que esto suponga entender que el “llenazu” impedía caminar por el parque. Las mismas caras una y otra vez y el continuo comentario de quienes nos cruzábamos: “¡qué pena de gente!”.

Perfecta organización de la nueva Junta Directiva de la Sociedad Turonesa de Festejos que todo parece indicar que “tiene ganas” y por lo demás, pues, ya se sabe: dulces aquí y allá, tortos con picadillo  -por cierto, deliciosos-, jabones de toda clase, el infatigable Mito Galán, al pié del cañón y el producto estrella  -si se me permite- un escanciador de sidra fabricado con el mismo corcho de la botella. Eso sí, gracias a unas expertas manos artesanas que con habilidad los fabricaba ante la presencia de los incrédulos espectadores. No podían faltar los canutillos y las tartaletas de llamativos colores frutales y mejor sabor, de lo que puedo dar fe. Acertada idea la de los “juegos de antes” donde el aru y la gancheta, los zancos y la peonza hicieron las delicias de más de un adulto, con poco pelo y metido en los sesenta,  empeñado en enseñar a las nuevas generaciones como se jugaba con aquellos “artilugios”. A más de uno le costaba y terminó desistiendo de “pescar la botella” ante la atenta mirada de quienes se resistían a participar en el intento. Polifacético el televisivo Pola que nos acompañó toda una tarde.

Eché en falta algún que otro animador de las redes sociales locales, de esos que, viviendo a escasos kilómetros, tienen el corazón enamorado de “lo nuestro” y a los que no es fácil encontrar por La Veguina. ¡Lástima que su “caída del caballo” se haya producido tan tarde!. Y que nadie lo tome a mal, lo digo con la sinceridad que lo siento y a sabiendas de cómo se puede interpretar y más ahora que todo es susceptible de entrar en el saco de la “libertad de expresión”. Por cierto, So.Tu.Fe. -sociedad local organizadora del Mercáu- no eres tú, ni soy yo, ni es aquel  -siempre indefinido-. Somos o debemos ser todos, si es que queremos que la cosa funcione. Escribo esto porque no vi, darse un paseo, a algunos de los últimos presidentes de la entidad festiva, no hace mucho metidos en estos “menesteres”. Me consta que alguno estuvo en la cama por enfermedad pero, de otros, esperaba, al menos, una palabra de ánimo que no creo sea mucho pedir. Luego, se nos deshace la boca hablando “del mi turonín del alma”. Así de ingrata es la vida ¿o no?.

En fin, mi sincera felicitación a los organizadores por el trabajo realizado y ánimo para conseguir una nueva edición el año que viene, aunque, en mi ingenuidad, lanzo al aire una pregunta a la que no soy capaz de encontrar respuesta por mi mismo: Mercau Astur, en el parque, Mercau en Villabazal, Mercau en Villapendi ¿no serán demasiados mercados para las mismas gentes?

 © Carlos Vega Zapico, Turón, mayo de 2016 (Texto y fotos)