Cantautor con talento, escritor de servilletas

¿Cómo empieza esto de la música… alguna tradición familiar?

La verdad es que mi padre estudió música y pertenece al Coro Minero de Turón -del que yo formé parte durante 6 años y llegué a dirigir en ocasiones-, algo que tuvo que influir en mis primeras clases de piano. Gracias a su insistencia y a la de mi madre logré acabar el Grado Medio y, en mi casa, siempre ha habido mucha sensibilidad hacia la música. Pero el caso es que, en cuanto a mi estilo actual, las influencias las fui encontrando a mi manera cuando empecé en la facultad. Escuchando primero a Silvio, Aute, Paco Ibáñez, Serrat, Sabina... Y luego a Dylan, Cohen, Tom Waits, Neil Young... Con la sombra siempre presente de los Beatles y los Stones.

Se trata de música, pero los textos, la letra es muy importante para ti…

Hay muchos tipos de canciones. Algunas buscan solamente entretener, otras son discursivas y sólo pretenden enviar un mensaje, y en mi caso, aspiro a una mezcla de ambas búsquedas. Una buena música es imprescindible, pero sin un buen texto se disuelve. Las canciones que permanecen son las que permiten centenas de escuchas y, para eso, han de tener unos buenos versos, en mi opinión. Igual que antes te hablaba de las influencias especialmente musicales, yo no me dedicaría a este oficio sino hubieran pasado por mi vida ciertas personas que me abrieron los libros. Mi padre me regaló la "Poesía completa" de Antonio Machado; mi madre "El rayo que no cesa" de Miguel Hernández; Jesús Fernández, antiguo bibliotecario de Turón, me enseñó la poesía de Angel González... Sin esos consejos y tantos otros nunca habría escrito una sola letra.

¿En este tu estilo personal de manejar la música, de poner las notas al servicio del texto, reivindicas alguna tradición musical, algún cantautor?

Reivindico a varios, como hablábamos antes, aunque ahora ya no pongo tanto las notas al servicio del texto. Digamos que se pelean entre ellas, pero llegan casi a la vez -excepto en los casos en que puse música a textos ajenos-. No sabría quedarme con sólo uno. Dylan es, prácticamente, el padre de todo esto; Tom Waits me cambió la forma de escribir; Joaquín Sabina me ayudó a encontrarme a mí mismo, Quique González abrió un mapa de sonidos nuevos; Pablo Moro me dio la confianza para intentarlo...

¿Cómo definirías tu estilo pues?

Siempre digo lo mismo... Me gusta denominarme "escritor de servilletas". Las canciones están en la calle, en las barras de los bares, a pie de acera. Soy cantautor y no huiré de ello, porque canto lo que escribo -como Fito Cabrales o Rosendo Mercado-, pero también tengo muy interiorizado el concepto del rock. No sólo en el sonido, sino también en la forma de contar. Me gusta hablar de la mierda que pisamos, de los que pierden. Es mucho más atractivo un antihéroe que un vencedor. Como todo esto es un batiburrillo difícil de etiquetar... Lo dicho, un hacedor de canciones, un escritor de servilletas...

¿Y lo de la “llingua asturina?

 

Es mi lengua materna y paterna. Soy de Turón y allí no se habla castellano. Hablamos algo conocido como "amestao", porque la llingua asturiana, en vez de estar prohibida por el franquismo -como sí lo estuvieron el euskera o el catalán- fue, sencillamente, ridiculizada. Hablar asturiano era hablar paleto, pertenecía al folklore, a lo rural. Todo ese trabajo de desprestigio desemboca en una actualidad en la que mucha gente no sabe hablar la lengua de Cervantes pero tampoco se considera hablante de asturiano ni ha tenido la oportunidad de aprender a expresarlo, incluso lo denosta. Por mi parte, una vez que me formé y consideré el momento necesario para hacerlo, publicar en llingua fue una necesidad tanto sentimental como militante. Se trata de defender la diversidad, de luchar para que no se muera lo que es de uno.

Hay mucho de Turón que llena tu vida, por supuesto… ¿Hay algo del pueblín en tu obra?

Turón es "mi centro de gravedad", un lugar al que la gravitación me lleva casi inconscientemente, un lugar al que volver. Fíjate si es importante que, incluso, en las entrevistas y datos de prensa, "manipulo" la realidad diciendo que nací allí -cuando yo nací en Oviedo, como la mayoría de mi generación-. No puedo decirte aspectos concretos de mis canciones en los que aparezca Turón porque yo creo que aparece en todas. Por darte apenas unas pinceladas: en "El mesón" empecé muchísimas canciones, en "La bolera" terminé otras tantas. Mi infancia está en el parque, en "El Chuchu" y en el piano de Juli Cimadevilla. Mi adolescencia en un balón de fútbol, en el polideportivo y en los Barracones. Entendí el cine en la Casa de la Juventud, con los ciclos de Jos, y quise formar un grupo de rock cuando empecé a pisar los locales de Casablanca. Compré mis primeros libros en Baquero, aprendí de la lucha con Pablo Prieto y Miguel Prado y la primera letra en llingua asturiana a la que puse música, allá por el 2001, era del mejor escritor de Asturies que es, por supuesto, de Turón: Xandru Fernández.

  Entrevista realizada por Jorge Varela para elvalledeturon.net, 9 de agosto de 2010