Entrevista

Una buena parte de ella, ahora ya convertida en recuerdos de unos años que considero de los más importantes y felices, y a partir de ahora gracias a esta ventana que me has abierto amablemente para asomarme a mi valle, la posibilidad de retomar un contacto que quizás no haya sido demasiado frecuente en estos últimos años.
 

Me quedo con una buena conversación que combine ambas cosas, un buen interlocutor con el que compartir y del que aprender siempre provoca momentos placenteros, aunque también te encuentras con los que son un auténtico aburrimiento, pero ante esos es mejor ni siquiera sentarse.
 

Yo creo que no, quien bien te quiere te da siempre lo mejor sin esperar nada a cambio, más bien considero que es de bien nacidos ser agradecidos, y el agradecimiento puede manifestarse de muchísimas maneras, cada cuál utiliza la suya, desde la más mínima, como puede ser pronunciar orgulloso el nombre del lugar que te vio nacer o presumir de tu característico acento, hasta colaborar activamente en cualquier iniciativa, como considero que es vuestro caso, la creación de este espacio que para mi sirve para que ninguno olvidemos la grandeza de una tierra y de sus gentes, y que ese recuerdo tenga el efecto positivo que está teniendo, alentar a todos aquellos que apuesten y quieran seguir escribiendo su futuro.
 

Pues me imagino que el mostrador de “La Cooperativa” tuvo algo que ver en ello, aunque recuerdo que cuando ayudaba a mi madre en la tienda me faltaba mucho que aprender de su carácter, siempre con buena cara, cuidando con mimo de cada una de sus clientas. Siempre he trabajado de cara al público, aprendes muchísimo, de ellos y de ti mismo, es un mundo de emociones inmenso e intenso, en mi caso muchas veces la llamada o la visita a la oficina se convierten en auténticas terapias, no profesionales, por supuesto, o en recuerdos radiofónicos de “Elena Francis”.

La escritura como la música, pero a la inversa, tengo melodías para cada momento, y momentos para cada Hogarada que escribo, depende de su temática, aunque en todos ellos existe placer, terapia y necesidad emocional, en mayor o menor medida. Hoy estoy enfadada con el mundo, pues en vez de pegar cuatro voces, tecleo, escribo, me libro del mal humor y me quedo tan ancha, terapia total y de lo más eficaz. Cuando lo que siento es nostalgia y ganas de revivir momentos que me hicieron feliz o soñar y dejarme llevar por la imaginación, entonces es cuando escribir se convierte en un auténtico placer, porque entras en un mundo tan íntimo y privado en el que el tiempo deja de existir, tú lo manejas a tu antojo, es difícil de explicar, pero me imagino que como muchos placeres, ahí es donde reside su magia.
 

Para mi, que a diario como sola y que evidentemente cocinar nunca ha sido una necesidad o una obligación, la cocina ha sido todo un descubrimiento, que yo asocio a la misma sensación que tienes cuando vas de tiendas, coges, sueltas, pruebas, tu tiempo se dedica exclusivamente a aquello y nada más, pues en la cocina tengo la misma sensación, cierro la puerta, pongo la radio y mi mundo se reduce a ese espacio en el que rodeada de artilugios solamente pienso en conseguir un delicioso plato con el que además deleitar ahora a quienes se acercan a la cocina de Hogaradas. Desde que entré en el mundo de los blogs de cocina he descubierto cocineros y recetas que día a día me animan a seguir disfrutando con ellos, aunque mi propósito es que un día quienes frecuenten mi página me envíen las suyas propias, como hizo en su día vuestro colaborador, José Luis Gómez, haciéndome llegar la receta de Tina, su madre, y su tarta de gelatina.
 

Antes de finalizar mis estudios ya tenía claro que la docencia no sería mi profesión, pero faltaba lo más difícil, a qué iba a dedicarme. A partir de ahí, como todo el mundo, informática, inglés, algún trabajillo, currículum va y viene, hasta que un buen día se nos ocurre a un compañero y a mi abrir una agencia de ayuda a domicilio, él se rajó y yo, animada por mi madre que siempre dice que el mundo es de los valientes, me vi un buen día sentada tras una mesa y con un teléfono que me causaba terror, porque me iniciaba en una actividad de la que no tenía ni idea, y que ahora tras doce años puedo decir que domino a la perfección. Donhogar fue un sueño cumplido, y hace unos ocho meses mi nuevo proyecto es Hogaradas, una web  www.hogaradas.com con la que pretendo crear un lugar de encuentro para las empleadas del hogar y las amas de casa, donde puedan participar, encontrar cosas que puedan ser de su interés, que poco a poco vaya haciéndose a su medida y que crezca con ellas. Con Hogaradas ha vuelto a salir a flote mi vena literaria, esa que empezó de muy cría; en ella escribo MisHogaradas, que muchas personas me dicen que leen y les gustan, y que tantas alegrías me están proporcionando. Con Hogaradas y para ella me he metido en la cocina, así que también le debo el conocer una nueva faceta mía hasta entonces oculta. Donhogar espero que siga siendo mi día a día, como hasta ahora, aun cuando no corren buenos tiempos para los autónomos como yo, y de Hogaradas espero que crezca, que lleguen las visitas, los comentarios y con ellos la vida que necesita.
 

En mis recuerdos un ayer esplendoroso, por lo que sé un hoy lleno de iniciativas y de personas con inquietudes, en cuanto al mañana, me imagino que sea cual sea siempre visto desde la perspectiva de la esperanza.

Turonear siempre ha merecido la pena, desde que crucé el parque por primera vez para ir a la escuela con la señorita Betsabé hasta que volvía a cruzar el mismo parque muchos años después para ir a las verbenas de las fiestas del Cristo. Si a lo que te refieres es al Turoneo virtual, la contestación es la misma, un placer, y si como el otro día, salimos de la pantalla y lo hacemos en el lugar que nos dio nombre, ya ni te cuento. De hecho no hay más que ver que hasta las vacas turonean, será por algo.


Entrevista realizada por  Jorge Varela para elvalledeturon.net, Oviedo, enero de 2011